viernes, 19 de marzo de 2010

UN REFUGIADO ERRANTE

El coche 39, detenido en la esquina de Mendoza y Castellanos, aún bajo gestión de la Dirección general de Trolebuses de la Municipalidad de Rosario. Foto: Ramón Farreró Gou


Cuando la empresa Martín Fierro S.R.L. navegaba entre las finanzas enflaquecidas, los cinco trolebuses rusos a los que no sabía mantener y el empecinamiento en crear los primeros ómnibus a baterías, la renovación de la flota eléctrica se ejecutaba mediante el aprovechamiento de parte de los equipos eléctricos y mecánicos de los coches entregados por la Municipalidad de Rosario, montándolos de manera improvisada sobre chasis de camión/colectivo Mercedes-Benz LO1114/48. Así fue como una serie de quince unidades con carrocería de concepción propia y manufactura muy pobre e insegura, reemplazaron parcialmente a los trolebuses europeos que heredó de la anterior gestión oficial.
Los 32 trolebuses FIAT/Alfa-Romeo/CGE que entregó el Municipio en 1979, tenían ya entonces dieciocho años en servicio (el fabricante declaraba para estos productos una vida útil de quince años). El mantenimiento durante la gestión municipal fue aceptable, aunque podría haber sido mejor.
Ya en tiempos de la “Martín Fierro”, con el pronóstico de su segura radiación, los FIAT fueron progresivamente retirados, aunque en algunos casos (como el del coche preservado por la A.R.A.R.), ciertos vehículos italianos volvieron a la actividad en reemplazo de las unidades armadas por la concesionaria, que habían quedado inutilizables luego de alguna colisión de magnitud.


El último FIAT en servicio fue el coche 25, casualmente el coche restaurado íntegramente por la Municipalidad al final de la gestión oficial. El registro final del 25 en operaciones data de noviembre de 1984, coincidiendo con la “Dieselización” de la línea “M”.
Fue entonces que el asociado de la A.R.A.R. Alberto Pablo Esteve, quien pese a su reciente incorporación a la entidad demostraba gran entusiasmo por medio del Boletín A.R.A.R. y otras actividades. Su interés por el transporte urbano lo impulsó a intentar preservar el coche 25, conociendo su inminente desafectación.
Así lo propuso a la Comisión Directiva de la A.R.A.R., la que en principio se mostró extrañada por la iniciativa, habida cuenta del origen esencialmente ferroviario de la asociación. Aún así, los referentes máximos de los Amigos del Riel, el Profesor Ramón Farreró Gou y Don Ángel Romano, eran dos grandes simpatizantes del sistema de trolebuses y prestaron acuerdo a la idea de Esteve.
De inmediato se realizó una presentación ante la Dirección General de Transporte de la Municipalidad, pero ya el coche 25 había sido comprometido para entregarse a una vecinal del Barrio Gráfico, así que el coche a conceder sería otro.
El coche seleccionado fue el “11”, renumerado así luego de que sucesivamente fuese el “39”, y ya en los tiempos de la concesión privada el “34”. El “11” había vuelto a la actividad tras el choque y destrucción parcial de la carrocería de aluminio del coche “11” construido en 1981 por la empresa Martín Fierro.

LOS ANTECEDENTES ADMINISTRATIVOS DE LA PRESERVACIÓN
Si bien el nombre de la Asociación Rosarina Amigos del Riel determina en forma meridiana una raigambre ferroviaria, su carácter de miembro fundador de la Federación Americana de Amigos del Riel y la Tracción Eléctrica posibilitó las condiciones propicias para el estudio y divulgación de otras modalidades del transporte eléctrico como es, en este caso, el trolebús.
Fue así como la A.R.A.R. inició ante la Municipalidad de Rosario el Expediente Nº 24.507 del 3 de octubre de 1985, en el que se solicitaba el rescate de un trolebús FIAT/Alfa-Romeo/C.G.E., en razón de que esas unidades ya no circulaban. “Es intención de esta entidad la de rescatar uno de los trolebuses FIAT actualmente desafectados del servicio, antes de que sufran un destino menos digno y evitar así que un vehículo tan característico del transporte en Rosario, llegue eventualmente a desaparecer como ocurrió con los tranvías en época no muy lejana...”, era uno de los párrafos salientes de la nota de petición.
El Intendente Municipal, mediante Decreto Nº 1.803/85 (posteriormente ratificado por el Decreto Nº 6.413 del Honorable Concejo Municipal) concedió en comodato el trolebús FIAT Nº 11 (originalmente 39), y por Decreto Nº 9.332/93, se asignó un lote de repuestos para dedicar a la unidad cedida.
Diferentes motivos habían postergado el retiro de este vehículo desde su tradicional lugar de guarda, la ex estación “General San Martín”, en Avenida Pellegrini 2850. Ello no fue impedimento para que en más de una oportunidad los asociados de la A.R.A.R. se dieran cita en el lugar para proceder al acopio de piezas útiles para la futura restauración del trolebús; tareas frustradas a causa de repetidas sustracciones sistemáticas de todo lo que se había reunido con tanto ahínco.

Transcurrió más de una década desde 1985 hasta 1998, año en que por Decreto Nº 14.567/98 se dispuso el remate de los trolebuses remanentes de la ex flota municipal y de la ex concesionaria, destinando el producido a las tareas de reconstrucción del Tranvía Histórico Nº 277.
Si bien tal resolución favorecía el proyecto insignia de los Amigos del Riel, las autoridades municipales de entonces -en especial el subsecretario de Servicios Públicos- demostraron una total antipatía hacia estas iniciativas, y se conminó a la A.R.A.R. para que, en tiempos perentorios e inapelables, retirara el vehículo de las instalaciones que fueron su “casa” durante veintisiete años.


Así fue que la A.R.A.R. debió abocarse con premura a la preparación del vehículo para su forzado éxodo. Apremiados por los tiempos, y sin colaboración municipal alguna -pese a que la propiedad del vehículo sigue siendo de la Comuna- se recurrió al concurso de mecánicos y voluntarios; acopiando equipos y piezas diversas; rearmando tren delantero y eje diferencial; recuperando neumáticos, y un sin fin de dificultosas tareas que culminaron con el traslado del Trolebús, el día 9 de septiembre de 1998, hacia un inmueble particular cedido temporariamente por amigos de la A.R.A.R.

El trolebús 39, en agosto de 1998, preparado para su traslado, en las instalaciones de la Dirección General de Transporte. Todavía se lo ve relativamente entero... Foto: Mariano C. Antenore

¿UN REMATE ESPURIO?
El 15 de septiembre de 1998 se subastaron los veintisiete trolebuses remanentes, entre los que se encontraban las unidades FIAT y M.A.N. reformadas, los cinco trolebuses soviéticos incorporados en 1980 (con apenas cuatro años de uso), los coches ensamblados por la ex concesionaria y unos pocos FIAT originales en deplorable estado. El producido de la subasta fue exiguo, porque los compradores fueron “chatarreros” en su totalidad.
Las autoridades no hicieron lugar a un reclamo formal por parte de la Comisión Técnica, Ejecutiva y Administradora para el Restablecimiento del Tranvía Histórico, solicitando al Intendente Municipal la no aprobación de la venta de los referidos vehículos -ya que la Municipalidad se reserva esa facultad-, en procura de obtener mejores producidos en una próxima subasta.

Segundo éxodo del trolebús, en este caso, desde Viamonte 671 hacia la estación Central Córdoba del F.C. General Belgrano. Foto: Mariano C. Antenore

En enero de 2001, el trolebús Nº 39 fue trasladado nuevamente, ante la necesidad de evacuar el lugar en donde se hallaba depositado. Por solidaridad de la empresa Belgrano Cargas S.A., el vehículo tuvo su lugar en el predio de la estación Central Córdoba del mencionado ferrocarril, aunque careciendo de las mínimas condiciones que aseguren su protección contra vandalismo y mantuvieran a raya el deterioro por factores climáticos, por estar estacionado a la intemperie.

SIGUIENDO LA RUTA DEL CALVARIO
No terminarían ahí las desventuras para el trolebús FIAT en custodia de la A.R.A.R. A finales del año 2001, la crisis de gobierno que derivó en una inestabilidad social y política gravísima, eclosionó en una no menos andanada de saqueos, vandalismo y demás calamidades como producto de la depresión económica en que derivó todo ese caótico proceso.
El “39”, a la intemperie y ya despojado de una cobertura plástica con que se intentó preservarlo, fue presa del despojo de diversos elementos vitales de su carrocería, así como blanco de sujetos que apedreaban los vidrios de sus ventanillas para luego llevarse los marcos de aluminio. Por cierto que no faltaron las sospechas sobre desleales individuos moradores -por entonces- de la estación Central Córdoba, quienes habrían hecho negocios indebidos con la venta ilegal de bienes pertenecientes o bajo la custodia de los Amigos del Riel.
Ante tan acuciante realidad, iniciamos conversaciones con autoridades de la Cámara de la Industria Carrocera de Larga Distancia, en procura de obtener un padrinazgo privado para la unidad. Quien manifestó su mayor voluntad de colaboración fue el Sr. Marcelo Marot, de larga trayectoria en las empresas de carrocerías de nuestra región. Marcelo gestionó con éxito que el coche FIAT fuese recibido en las instalaciones de la firma Metalsur Carrocerías, en Villa Gobernador Gálvez. Así fue como un nuevo operativo de traslado, costeado por los Amigos del Riel permitió que nuestro trole se alojase junto al trolebús prototipo Cametal-Cramaco, en el playón de Metalsur.

Tercer traslado efectuado el 7 de octubre de 2002, hacia la plata de Metalsur Carrocerías, en Villa Gobernador Gálvez. El coche ya está despojado de sus ventanillas y demás accesorios de aluminio.... Foto: fernado Vaschetti

Tras unos meses de permanencia, la situación financiera de la referida carrocera atravesaba un delicado momento que auguraba una posible quiebra, situación que hubiese dejado interdicto al trole en medio de un farragoso proceso judicial.
Un nuevo traslado se avecinaba: gracias a las gestiones del asociado Raúl Curti, los titulares de un motel de la zona (sí: un motel…) ofrecieron alojar al trolebús en su parque trasero. Así se procedió, aunque al llegar al lugar, claramente los dueños del albergue transitorio demostraron su desinterés por permitir el acceso de la unidad, ante la inesperada -por ellos- condición desmerecida del estado del coche. Sólo ofrecieron dejar el coche en un terreno trasero, sin ninguna clase de alambrado o protección física. En circunstancias tan aciagas, no tuvimos alternativa, y allí quedó el coche, a merced de los elementos.
Terrible fue comprobar, meses después, que el coche había sido presa del más salvaje vandalismo al que podría haber sido sometido, y que la vigilancia prometida por los dueños del motel, jamás existió. Ante nuestra requisitoria, dichos sujetos respondieron de manera hostil, conminándonos a retirar el trolebús, y haciendo caso omiso de su compromiso inicial.
No obstante, formulamos la correspondiente denuncia judicial en los Tribunales Provinciales de Rosario, en razón de nuestra condición de comodatarios de un bien público, y en salvaguarda de nuestras responsabilidades. No obstante, la causa no tuvo sustanciación.

VIENTOS DE CAMBIO
El mismo partido político gobierna la ciudad desde finales de 1989, pero desde sus intendentes pasando por sus funcionarios de alto rango, hubo un amplio espectro en los matices de gestión.
Si para 1998 un subsecretario de Servicios Públicos tenía animadversión hacia el transporte eléctrico y especialmente contra la A.R.A.R., en 2003 esa realidad había cambiado a partir de la buena predisposición del por entonces Secretario de Servicios Públicos Ingeniero Miguel Lifschitz, quien sería electo intendente poco tiempo después. Merced a su intervención, el coche FIAT pudo retornar a las instalaciones municipales, de donde nunca debió habar salido. Había pasado un lustro luego de un innecesario peregrinar, inducido por un funcionario de muy mala voluntad, y que como consecuencia de su nefasto accionar, la pieza a preservar sufrió daños prácticamente terminales.
Del penúltimo operativo de traslado, quien escribe prefirió no participar en razón del gran golpe anímico que representaba ver a lo que tanto se intentó defender, en una situación tan lamentable. Fue el tesorero y director del Museo y Archivo Ferroviario Regional de la A.R.A.R., Rolando Maggi, quien comandó el traslado del trolebús, desde su indigna morada en Alvear (tras el motel…), hasta el antiguo taller de pintura de la Dirección General de Transporte, en Montevideo al 2800. En el lugar, también se encontraba depositada la carrocería del tranvía N° 291.

EL ÚLTIMO TRASLADO HASTA EL MOMENTO
El Ingeniero Miguel Lifschitz, asumió como Intendente Municipal de Rosario. Un hecho trascendente de su gestión constituyó la re-municipalización de la red de trolebuses, en octubre de 2004, ante el riesgo inminente de cancelación del servicio eléctrico por el cese de actividades de la concesionaria privada de entonces.

Sexto traslado del coche, en este caso, desde instalaciones de la Dirección de Ingeniería de Tránsito, hasta la estación de trolebuses de SEMTUR. La unidad estaba desvastada, luego de su penúltima escala, en los terrenos adyacentes a un motel de la localidad de Alvear. Foto: Mariano C. Antenore.

La Sociedad del Estado Municipal para el Transporte Urbano de Rosario (SEMTUR), creada dos años antes para la prestación de los servicios de ómnibus cuyos concesionarios defeccionaban, fue la que absorbió a la Línea K de Trolebuses, tomando posesión de máquinas, instalaciones muebles e inmuebles. Para ello luego se creó la Unidad de Gestión Eléctrica, que permitió que la línea se operase de manera algo autónoma al resto de las líneas automotores.
Con estas perspectivas y la buena predisposición municipal, fue más propicia la forma de intentar la restauración de nuestro trole FIAT. Así fue como en principio, en 2006 se trasladó el coche al galpón de la “K”, sito en Brasil 1036.
Aunque SEMTUR había sido muy concreta en su intención de recuperar el trole como pieza de museo, luego la compra de más de cien ómnibus comprometió las finanzas de la empresa estatal, al punto de postergar la reparación del coche. Pero al menos, la unidad estaba a salvo, y en un lugar legítimamente “eléctrico”, junto a los trolebuses que diariamente trasladan a miles de rosarinos.

Pero recordemos que el estado del trole FIAT, luego de tantos traslados y especialmente como producto de su penúltima estadía en los terrenos adyacentes al motel de la localidad de Alvear había quedado devastado, los Amigos del Riel nos ocupamos de buscar la manera de reponer aquello que por ser casi único, es prácticamente imposible de conseguir.
Motivo de nuestro paso circunstancial por la Municipalidad de Rosario allá por 1991, fue la colaboración en una Auditoría Técnica que se realizó para constatar los presuntos incumplimientos de la ex concesionaria Martín Fierro S.R.L. Una de las actividades consistió en advertir la presencia de trolebuses que hubieran pertenecido al patrimonio municipal en lugares extraños a su finalidad original. Así fue que en su momento encontramos tres trolebuses FIAT y la mitad de la carrocería de un cuarto trolebús, en la localidad de Arroyo Seco, en terrenos particulares.

El coche 28, adquirido por la ARAR en Arroyo Seco, durante su acondicionamiento para su posterior traslado. Se aprecian el asociado Carlos Fernández Priotti y el mecánico Ricardo Fabré. Foto: Mariano C. Antenore.

El menos deteriorado de todos era el coche 28, uno de los primeros que retiró del servicio la ex concesionaria, y por tal razón, permanecía bastante inalterado en su interior. No obstante, por sus entonces veinte años a la intemperie, habían dejado su huella.
Así fue que en el año 2006, los Amigos del Riel realizamos una colecta privada y como resultado de la misma se adquirió el “28” al particular que lo tenía depositado en la zona rural de Arroyo Seco. Para prepararlo para su rodaje, fue necesaria la labor ardua del mecánico Ricardo Fabré, quien ya antes había colaborado con nosotros. Otro aporte significativo provino del personal de SEMTUR y de quien entonces ocupaba la coordinación de la línea K, el Profesor Arístides Álvarez. Ellos nos prestaron neumáticos y herramientas para poder trasladar el coche hasta Rosario.

Traslado del coche 28, por parte de la empresa contratista de Vial3. Foto: Mariano C. Antenore
El invalorable aporte para el remolque, se lo debemos al extinto amigo Julio Folkenan, quien desde la concesionaria Vial 3, dispuso que una grúa contratada llevase el coche a lo largo de los casi 40 kilómetros que separan Arroyo Seco de nuestra ciudad.
Fue en una tarde, en que ambos trolebuses del mismo origen, se reunieron después de dos décadas y media. El “donante” y el “receptor”, volvieron a estar juntos para un proyecto en común.

UN PAPEL EN EL CINE
Los sucesos sociales de septiembre de 1969, conocido como “El Segundo Rosariazo”, representaron una millonaria pérdida para el patrimonio público, como consecuencia del ataque a las instalaciones ferroviarias, incendio de trenes, casi media centena de colectivos dañados y el incendio total de once trolebuses. Estos últimos se convirtieron -lamentablemente- en protagonistas pasivos de ese levantamiento, por cuanto al adolecer de las facilidades de desplazamiento para escapar de lugares conflictivos, fueron presa fácil de quienes no tuvieron mejor idea que atentar contra el medio de transporte de la clase trabajadora a la que decían defender….
Más allá de la polémica que el suceso pueda generar, al cumplirse los cuarenta años de “El Rosariazo”, el realizador cinematográfico Gustavo Postiglione encaró el rodaje de su película “Días de Mayo”, en la que se ficcionaba la historia de una pareja, que transcurría en medio de aquellas convulsionadas jornadas.
Una de las escenas involucraba a un trolebús, motivo por el cual, la producción del film posó sus ojos en el coche “39”, concedido a la A.R.A.R.
Fueron intensas las negociaciones durante 2008, por cuanto desde nuestra Entidad insistíamos en que el trolebús debía recibir una contraprestación por su participación en la película, habida cuenta que ésta se hacía con propósitos comerciales. En el medio, las autoridades Municipales entendían que debían colaborar facilitando medios entre los cuales se encontraba el trole, que al final de cuentas es de su propiedad. No resultó sencillo, pero al menos la producción de la película corrió con los gastos que insumieron poner en condiciones de rodaje al trole, tomando en cuenta que su eje trasero se encontraba en insegura condición.
La filmación se efectuó en agosto de 2008, en horario nocturno. Por ser una obra de ficción, el realizador se tomó la licencia de alterar la verdadera sucesión de los hechos, por cuanto los incendios de trolebuses se produjeron de día, durante septiembre de 1969, y sobre los recorridos de las respectivas líneas. En cambio, para la película, el trole “se incendió” de noche, en el mes de mayo y en la esquina de San Lorenzo y Moreno, en donde nunca existió tendido eléctrico.
Pese a que un muy buen efecto especial hace creer que el trolebús queda envuelto en llamas, afortunadamente la unidad no sufrió daños y retornó al día siguiente a las instalaciones de la calle Brasil. Su aparición en “Días de Mayo” ocupa unos segundos del film.








Los dos trolebuses italianos, juntos luego de veinticinco años, en las instalaciones de la Línea K. Foto: Mariano C. Antenore
UNA HISTORIA CON FINAL ABIERTO
Yertos, los coches 28 y 39 están en la estación de calle Brasil. Aguardan que finalmente se pueda llevar a cabo la reconstrucción integral de uno de ellos. Casualmente, ambas máquinas fueron titulares de la línea “K”, en donde seguramente funcionarían en caso de volver a encontrarse en orden de marcha.

Una expresión de deseo: que el coche a restaurar se vea estéticamente como el trole de la foto, durante sus pruebas en Italia allá por 1961. Foto de fábrica (Colección A.R.A.R.)
Según se vea, el “vaso” puede estar medio lleno o medio vacío: algunos pueden suponer que después de veintiséis años, la idea de rescatar un trolebús fracasó rotundamente. Los Amigos del Riel, en cambio, estamos convencidos que gracias a nuestra “obstinación”, no se perdió el último testimonio rescatable de aquella histórica compra de cuarenta trolebuses de 1961; acaso la muestra más palpable de cuando en Rosario el transporte se pensaba con visión de futuro.

MARIANO CÉSAR ANTENORE
Marzo de 2010

1 comentario:

Trolebuses Mendocinos dijo...

Después de haber leído la nota puedo decir que es notable el tesón con el que los integrantes de la ARAR defienden el patrimonio cultural de todos los ciudadanos de
Rosario
Alguna vez intente mediante notas dirigidas a los distintos directores de la EPTM preservar unidades como el Toshiba y el Ziu pero…uno propone y los funcionarios
Disponen
A diferencia de los colegas rosarinos, yo estuve en la más completa soledad recibiendo algunas adhesiones de buena voluntad
Así por ejemplo se permitió que el trolebús Nissan Toshiba que estaba perfectamente operable fuera condenado a un caprichoso ostracismo que derivo en su parcial destrucción por parte de vándalos
Con las unidades Ziu no tuve eco en mi pedido y las cinco unidades en orden de marcha fueron vendidas a Cordoba
Hasta debí soportar en algunos sitios notas referidas a mi persona en donde se me endilgaba la responsabilidad de no haber preservado unidad alguna
Ratifico mi opinión de que los ferrofilos y busologos rosarinos son más unidos y ponen más ganas que sus pares mendocinos