Cuando se canceló
“transitoriamente” la línea “M” de trolebuses el 4 de noviembre de 1984, la
concesionaria de entonces continuó la prestación con vehículos Diesel. Si bien
ante la no reposición de las máquinas eléctricas su concesión fue caducada,
bajo el ardid de un simple cambio de razón social, el mismo transportista se
presentó a la licitación de la –ahora- línea “103”, por un periodo de quince
años de concesión.
Uno de los últimos actos de
gobierno de la intendencia de Horacio Usandizaga en mayo de 1989, fue firmar el
contrato de concesión con “Martín Fierro S.A.”, con lo cual el mismo sujeto
acusado de desmantelar el sistema eléctrico, fue premiado con tres lustros de
pingüe negocio en la troncal Norte-Sur de la ciudad.
Aún así, en 2001 se le permitió
el cambio de razón social por “Rosario Bus S.A.”, cuando la trasferencia de
concesión está totalmente prohibida por las ordenanzas correspondientes, aunque
se tratase del mismo titular accionario.
En mayo de 2004 concluyeron esos
quince años de concesión de la “103”. Sin embargo, la Municipalidad de Rosario,
lejos de tomar la prestación directa de la línea –pues ya existía SEMTUR-,
permitió que esta empresa prosiguiese de manera precaria con la prestación.
Vale decir que el empresario viene usufrutuando la línea desde hace casi 26
años, a los que habría que sumarle 10 años más si se cuenta desde el inicio de
la prestación con trolebuses en 1979.
Cabe señalar que sobre ese mismo
recorrido, el propio municipio planea una línea tranviaria de carácter
metropolitano, y en no pocas oportunidades se abordó la probabilidad de que
retornasen los Trolebuses.
Las posturas de los dirigentes
políticos Héctor Cavallero, Pablo Javkin, Carlos Comi, y en 2014, Carlos
Cardozo, han reclamado desde el Concejo Municipal la reposición del Transporte
Eléctrico. En tanto, la posibilidad de
importar trolebuses usados de Canadá, alentada por el ingeniero rosarino José
Luis Moscovich, también iba en el mismo sentido. En tanto, el 2009 a instancias
del concejal Osvaldo Miatello se decretó que la red de trolebuses es Patrimonio
Histórico y Cultural de la ciudad.
INMUNIDAD, IMPUNIDAD.
Pese a todo, a Rosario Bus no se
la toca en lo que a la “103” se refiere.
¿Qué mejor sería que la
Municipalidad por medio de sus dos empresas se hicieran cargo del corredor más
estratégico de la ciudad, que por otra parte es sumamente rentable, y que no
tiene concesión desde hace casi once años? ¿Cuál es la extraña y no revelada
razón para que ello no ocurra? De paso, se quebraría el monopolio del
transportista privado en la zona Norte, que no pocos trastornos ocasiona a la
población de ese sector, toda vez que las frecuencias y recorridos son
manipulados a su gusto y antojo; ocasionando asimismo falta de movilidad ante
huelgas del personal o paralizaciones de la propia empresa.
Hasta ahora, ningún funcionario
municipal brindó una respuesta sobre la renuencia oficial a recuperar el
corredor Norte-Sur.
Sin embargo:
ü
el miércoles 1ro. de abril inaugurará una línea
de ómnibus expreso que unirá la nueva estación ferroviaria Rosario Sur con la
actual Rosario Norte y la Estación Terminal de Ómnibus Mariano Moreno; y que en
gran parte reproduce el recorrido de la línea “M” de trolebuses.
ü
Se dispone de dos empresas municipales, de las
cuales una opera con éxito la única línea de trolebús activa (la “K”),
contándose con personal altamente capacitado.
ü
Se avanza en la creación de una sub-línea
eléctrica por Av. Francia, y se licitó la compra de doce trolebuses para dicho
corredor.
ü
En cercanías de la nueva estación de trenes se
inauguró una importante escuela técnica y a su lado está en construcción un
inmenso hospital regional, con lo cual se sumará más demanda sobre el corredor.
ü
Existen varios fabricantes de trolebuses en el
mundo, y en Granadero Baigorria hay uno, que ya vendió unidades a la provincia
de Mendoza.
NEGACIÓN DEL CORREDOR NORTE-SUR BAJO GESTIÓN MUNICIPAL.
Recientemente la empresa
municipal SEMTUR asumió la prestación de la línea “153”, también bajo permiso
precario que ostentaba Rosario Bus. Su titular argumentaba que era
deficitaria y que no podía mantenerla.
En rigor, su antipatía hacia esa línea le hacía restarle recursos tanto en
cantidad de unidades como en calidad de mantenimiento de las mismas. Pero a pocos días de la toma por parte de
SEMTUR, la línea comenzó a recuperar pasajeros perdidos y a ejercer una
prolongación de recorrido, con mayor cantidad de unidades, y más confiabilidad
de las mismas.
He aquí la paradoja: la
Municipalidad acepta hacerse cargo de una línea supuestamente “deficitaria”,
pero no avanza en recuperar el recorrido para el cual se prevén transformadoras
posibilidades de transformación, como es la incorporación de modos guiádos y
eléctricos.
¿La 153 sí y la 103 no? ¡Qué
pregunta!!
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