sábado, 15 de septiembre de 2012

EN PROCURA DE RECUPERAR UN SISTEMA COMO CORRESPONDE


En 2009, con el título “Trolebuses por el cambio”  (http://trolebusesrosarinos.blogspot.com.ar/2009/12/trolebuses-por-el-cambio.html) , redactamos una nota señalando la falencia de la línea K de Trolebuses de Rosario, por no tener cambios de maniobra de línea aérea. La crítica venía a colación de que por la creciente ola de robos a mano armada en la zona de la Ciudad Universitaria, los trolebuses no ingresarían más a ese sector, acortando su recorrido a la esquina de Cerrito y Necochea.
El recorrido abreviado, duró poco: los policías que debían estar en esa esquina sólo se dieron cita los primeros días. Para los conductores de los trolebuses resultaba más peligroso bajarse de la máquina para cambiar las lanzas de línea, que seguir llegando a la Ciudad Universitaria. En consecuencia, se reanudó el trayecto completo.
 Los pasajeros del ómnibus de trasbordo, cruzando calle 1ro. de Mayo para ascender al trole que espera en calle Mendoza
Nuestra nota resaltaba que, de haber en esa esquina los aparatos de maniobra automáticos, los trolebuses podrían girar sin que los conductores tuviesen que descender.
En este tiempo transcurrido, en dos oportunidades se ha dado el caso de quedar cerrada la calle Leandro N. Alem a la altura del 1600, por el hundimiento de la calzada a raíz de la rotura de un caño. Ello obligó antes y ahora, a que los troles debieran acortarse en su recorrido hasta Mendoza y 1º de Mayo, y transbordar con ómnibus Diesel de la SEMTUR, para que los pasajeros continuasen viaje.
La calle permanece cerrada durante una semana aproximadamente en cada oportunidad, y las maniobras de los trolebuses generan no pocas irregularidades en los cumplimientos de los horarios con el consiguiente mal servicio para los pasajeros.
Lo más destacable (para mal) es que los coches eléctricos toman envión para doblar de Mendoza a 1º de Mayo; para lo cual dos operarios toman las sogas de las lanzas para descarrilar a éstas justo en el momento del giro. A ese procedimiento se lo denomina comúnmente “la corrida”.
El agravante es que durante la semana anterior, esta maniobra se realizó bajo la lluvia. No sólo estuvo presente el riesgo de accidentes de tránsito; también el peligro eléctrico, ya que los carbones captadores de corriente se van desgranando y cayendo sobre las sogas, por lo que éstas, si están mojadas, se pueden convertir en conductoras de electricidad. No obstante los técnicos estaban equipados con calzado de seguridad y guantes, pero no por ello el proceso es menos incómodo e indeseable.
Asimismo, siempre cabe la posibilidad de que una o las dos lanzas se escapen y provoquen el corte de los hilos de contacto, ocasionando cortocircuitos, caídas de ménsulas y peligro para transeúntes como para automovilistas.

 Esta innecesaria realidad encuentra su contrasentido en que en la esquina de Mendoza y 1º de Mayo existió un cambio móvil y su correspondiente curva, para que los trolebuses pudiesen girar sin problemas. La infraestructura fue retirada hace treinta años, por la empresa Martín Fierro S.R.L., y aunque la ex concesionaria Capse S.A. / E.T.A. MOLINO BLANCO S.R.L. se distanció bastante de su predecesora en cuanto a calidad de gestión, no escapó a su criterio “colectivero”, y siempre fue enemiga de instalar cosas que para ellos resultaban “complicadas”.  Por su parte, desde que SEMTUR está a cargo (noviembre de 2004), tampoco se dispuso la colocación de esos elementos que hoy serían más que útiles.

 
Ómnibus y trolebús en el momento del trasbordo.
 
Hoy un cambio móvil costaría aproximadamente unos $25.000, según los números que se manejan en la Empresa Provincial de Transporte de Mendoza. En tanto el cambio rígido de entrada valdría algo menos, por carecer de los dispositivos móviles.  Entendemos que esas cifras no son descabelladas en modo alguno; y por cierto resultan mucho menores en comparación con lo que SEMTUR y la Municipalidad de Rosario deberían pagar en concepto de indemnización por daños y perjuicios en caso en que se produjese un accidente por esas riesgosas maniobras.

 Nuevamente citamos la célebre frase de nuestro amigo y colega uruguayo, el profesor Arturo Aguerre: “Un trolebús mal mantenido es un arma mortífera”. Bien sabemos los rosarinos lo que significa eso: hubieron saldos fatales por la falta de mantenimiento de instalaciones y vehículos en la antecesora de la hoy ponderada por muchos “Rosario Bus”. Lamentablemente hoy contemplamos columnas que ya han cumplido con su vida útil largamente y que están inclinadas o picadas en sus bases; también vemos riendas empalmadas a baja altura, y que no son reemplazadas desde hace más de dos años. Entendemos que muchas de estas anormalidades no son causadas por falta de presupuesto, sino que deberían arbitrarse los medios para que el personal –de capacidad y solvencia indudable- normalice todas las falencias.

 Mientras el trole dobla, dos operarios sujetan las sogas de los recuperadores, y hacen descarrilar las lanzas en el momento preciso. Nótese el piso mojado por la lluvia intermitente.

Se trata de cambio de mentalidad, mayor incentivo y advocación al trabajo, y fundamentalmente, de autoridades que entiendan que el transporte sustentable pasa –además de mantener una línea eléctrica- por renovarla, cuidarla y hacerla más eficiente cada día, mediante verdaderas Políticas de Estado que hoy son asignaturas pendientes.

 Concluida la maniobra, los empleados vuelven a encarrilar las lanzas sobre la línea de 1ro. de Mayo.

Con sana envidia comprobamos pues, que la actual gestión de la querida Empresa Provincial de Transporte de Mendoza, por medio de su Director-Gerente Dr. Francisco Losada, ha sabido conjurar ciertos males endémicos y encauzar la situación de la Compañía en un camino hacia la eficiencia, el crecimiento y la renovación; siendo el Metrotranvía una obra cabal de la capacidad de quien dirige ese dificilísimo pero no imposible proceso. En Rosario, desde el más encumbrado directivo hasta el operario de menor rango, deberían tomar nota de ese ejemplo. Así como estamos, los pronósticos no son buenos.

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